Las transformaciones en las empresas se han vuelto frecuentes cada vez más, sin embargo, algunas no lograron una mejora en el rendimiento comercial.
- No definir el propósito.
Las transformaciones empresariales se construyen en nuevos elementos estructurales, procesos, instalaciones y tecnología. Parte de la transformación consiste en definir nuevas prácticas, enfocar los comportamientos, capacitar al personal en nuevas habilidades, o pedir que se desarrollen nuevos productos, lo que debe pensarse es en el porqué de la transformación a realizar y definir las mejoras que se obtendrán en el proceso.
- No preguntar acerca de las inseguridades y los temores a los involucrados.
Cuando se descuida lo que la gente piensa y sienta que no se puede emprender con éxito, como puede presentarse una resistencia al cambio. Para dar vida a la estrategia, hay que empezar a conocer las creencias, las suposiciones profundamente arraigadas y los puntos ciegos de los colaboradores.
- No darle prioridad a la transformación de los líderes experimentados.
Debido a las complejidades de las innovaciones digitales, RH debe tener el talento de los colaboradores más experimentados: puede ayudar a definir sus tres principales entornos dentro de la transformación. Luego, RH puede guiarlos por medio de un ejercicio estructurado que considere profundizar en sus calendarios.
A partir de este momento, es posible evaluar si están aprovechando su tiempo para obtener la mayor ventaja, incluyendo la disponibilidad de tiempo para la renovación.
- Regresar a las viejas prácticas.
Tendemos a desarrollar una sesión de confirmación: buscar evidencia que refuerce lo que ya creemos y que minimice o descarte lo que no creemos. Sin embargo, deberíamos utilizar nuestra capacidad de pensamiento crítico para evaluar nuevas posibilidades.
- Poner en segundo plano el gran impacto de los líderes sobre la mentalidad colectiva.
A medida que los líderes comienzan a cambiar la forma en que piensan y sienten, tienen una mayor capacidad para modelar comportamientos nuevos y comunicarse con otros de forma más auténtica y persuasiva.
Incluso los empleados son muy resistentes al cambio y a seguir a sus líderes, simplemente porque la mayoría de la gente prefiere encajar con los demás, en lugar de sobresalir.
Fuente: HRB